¿Te has preguntado alguna vez por qué a veces atraes a un tipo de personas a tu vida, y en otros momentos, a las personas más opuestas?
Curiosamente, el tipo de relaciones que mantienes en tu vida va en total consonancia con cómo está tu interior. Es decir, si tu autoestima es baja, te rodearás de personas que la tengan a un nivel similar al tuyo. Por eso, depende de lo satisfecha o insatisfecha que estés, aparecerán personas con la misma abundancia o escasez en su vida.
Así, aquellos momentos en los que te sientas más plena -por dentro, y en consecuencia también por fuera- bien por tener proyectos, ilusiones, y en definitiva porque te sientas en paz contigo misma, te sentirás atraída por un tipo de personas que resuenen con tu manera de ver la vida. Si por el contrario tus pensamientos te llevan a momentos de inseguridad, insatisfacción o frustración, verás justamente en las personas eso que reafirme lo que ya estás sintiendo.
En realidad, la vida te pone un espejo de ti misma para que puedas ver tu propio reflejo. Si te paras a observar esto, el aprendizaje sobre ti misma y sobre las personas de las que eliges rodearte es infinito. Por eso, es fundamental, que antes de reclamar o buscar cosas en los demás te encuentres contigo misma y sepas lo que quieres en tu vida. Descubrir esto y ponerlo en práctica te puede ahorrar mucho sufrimiento.
Hacer este análisis puede parecer doloroso, pues significa que los defectos que tus ojos ven, en realidad tú también los posees, pero es un buen ejercicio para poder enfrentarte a tu realidad y para tomar mejores decisiones.
Siempre es buen momento para ser el tipo de persona que deseas conocer.
Un abrazo,
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